Todo europeo al que le guste viajar y conocer, tiene en el viejo continente un par o tres de ciudades que ha visitar obligatoriamente al menos una vez, y una es Roma.
Después de haber visitado en un largo fin de semana la que fuera una de las primeras grandes ciudades del mundo, vuelvo admirada y un tanto emocionada por la grandeza de sus monumentos y edificios. Os enseñaré un poco el porqué:
Me impresionó entrar en el Panteón de Agripa, contemplar su cúpula y preguntarme como en esa época pudieron construirla tan perfecta y duradera, (está intacta pasados los siglos);
Pasear por el foro romano, entrar al Coliseo e inevitablemente imaginar la de personas que pasaron y murieron allí:
Nos gustó caminar por sus calles e ir encontrando fuentes (Roma está repleta!), y pequeñas joyas como la Galleria Sciarra o la Bocca della verità:
Subir al
Castel Sant'Angelo (una fortaleza militar y durante años también prisión), dónde pude imaginar a Tom Hanks recorriendo las calles de Roma en su Lancia!
Y sobretodo, volver un día y al otro, a la bella Fonta di Trevi:
De Roma hay, cómo para todo, opiniones diversas. Yo me quedo con que en la antigüedad reinó en el mundo, que en la edad media la iglesia se afianzó allí y que más adelante llegaron Miguel Angel y Da Vinci, así que su herencia creo que es digna de ver.
Y para acabar este post y cómo curiosidad, os dejo con la foto de esta turista dispuesta a
patearse el Coliseo y el foro romano, y haciendo gala de la mítica frase: "antes muerta que sencilla!"
Olé, olé y olé!
(si me los pongo yo, no salgo ni por la puerta)