marzo 21, 2015

La vida


Después de un agradable fin de semana en Pamplona, volvía al trabajo una mañana cuando tuve un considerable accidente de trafico. Mi coche quedó destrozado pero gracias a Dios, a la suerte (o a los que conozco por ahí arriba), salí ilesa.

Desde el momento en el que entré en observación en el hospital hasta el día de hoy, he estado pensando en las personas que no han tenido tanta suerte como yo, y que han salido malheridas de un accidente, (en el Periplo de médicos, dolor y temor por el que deben haber de pasar). También en los que su vida ha acabado en una carretera.

Me siento muy, muy afortunada, y agradecida a todos los que han pensado en mi en algún momento. Un abrazo!





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